…un alto en el recorrido

31.07.2013 08:59

para acercarse a la poesía de Manón Kübler

Mientras más países del mundo siguen dando apertura y legalidad a la sexodiversidad, en Venezuela, las minorías sexuales siguen en el closet burocrático a pesar de que la idea de inclusión es una bandera Estadal es incluir a todos en las mismas condiciones y por tanto en igualdad de derechos y deberes, sin embargo la mujer gay es un asunto de menor importancia, una pequeña voz que no debe ser escuchada y no podría ser de otra manera dada la condición patriarcal de la sociedad venezolana que es herencia epocal y sigue vigente. En este sentido, “las minorías sexuales y la mujer en general sufren el peso simbólico y político de esta visión”[1] una que ha sido depurada a favor de la hegemonía dominante: el machismo que cabalga a favor del viento o la indiferencia disfrazada de rechazo. Aunque siempre hay alguna ruptura, alguien que se atreva a alzarse para que otros puedan ver.

 

Así, los diferentes géneros literarios, tanto como en las más diversas expresiones artísticas la mujer lesbiana ha sido dejada de lado por una soterrada intención de desplazamiento. Incluso la industria de la telenovela nacional ha obviado personajes de condición lésbica y la mayoría de los personajes hombres que hacen las veces de gays se alejan por completo de la realidad de la Comunidad a la que intentan representar.

 

En Venezuela, pocas autoras se han atrevido a escribir del amor o las relaciones de pareja desde una perspectiva homoerótica, quienes lo han hecho irrumpieron en el campo literario como una línea de fuga para hacerse escuchar en el alto lugar literario habitado sólo por los hombres. La voz de Manón Kübler es un grito en la oscuridad, terremoto que derrumba viejas estéticas con una violencia sutil, los esquemas vigentes transitando caminos exclusivos de la feminidad, complicidad, cuidados y confidencialidades de una “mujer contra mujer”, con una sensualidad latente que interactúa al libre albedrio, un espacio poético donde la discriminación no existe.

 

Manón Kübler, nació en Caracas en  1961.  Se ha dedicado a ser poeta, periodista. Tiene un don de una pluma excepcional para la escritura atrevida e incisiva, es guionista de teatro, así como de cine experimental y por extensión de televisión. Ha publicado un poemario: Olympia (1991), teniendo entre sus archivos otro que no ha salido a la imprenta.

 

La voz de Manón es una rasgadura en la puerta del templo, hay trazos de agresión, de caricia y también una mordida. También de succión. En la poesía de Kübler la connotación erótica deja de ser una insinuación para convertirse en una expresión visceral de una mujer por amor/deseo a otra mujer, un penetrar en círculos al espacio íntimo donde dos almas, dos cuerpos se pueden amar más allá del sexo que los define, sus palabras son trazos que definen esa sexualidad Otra, perfilan labios, piernas, pechos, pezones y también profundidades: una poesía rica en imágenes y con tendencia confesional. Así, Kübler se apropia del verso y sin mascara expresa esa verdad que “debajo de la mesa” hay entre las mujeres que aman a otras mujeres:

 

I

Hagamos usted y yo un largo viaje por la casa de los

vivos. De esos ejemplares que, bien conservados preguntan de usted y de mí. hagamos un alto en el recorrido

sobre su cama para sabernos vivas, que somos la parte

parecida a las tormentosas rayas de la noche, las que no

vemos, las que no probaremos nunca. Deme usted la

parte de su cuerpo, esa orilla que nadie conoce, ni siquiera

las intimidades de su baño ni los pudores discretos

de su espejo. Quiero acostarme con usted a esta hora

para saber que la tengo debajo de una mano, las rodillas

en su riñón, su espalda repartida.

También crea por medio de palabras, que de manera hábil combina, un espacio, una atmósfera de íntima relación, de sudores, olores y sabores, abstraídos de toda referencia espacio-temporal del presente. Un amor asumido en y como intimidad absoluta, en las fronteras de lo público y lo social:

 

la habitación gozaba del olor húmedo, apio, del mes de marzo. Ellas solían recogerse en un cómodo abrazo para colgar en redes la conversación. Se sabían extrañas, pasajeros ávidos equivocando el destino. Aquella coincidencia que las juntaba valía más que la misión que otra vez y para siempre las separaría. Hacían de la tarde un escenario indescriptible. (…)

escenario para dos amantes que están juntas a pesar y en contra de una sociedad purista pueda opinar. Puertas adentro lo que importa es la manera en las que se aman dos almas, ese lugar no común con el resto de los mortales, espacio donde se revelan procesos sufridos, para bien o para mal.

 

Espero ansioso todos los poemarios, novelas, ensayos… cualquier otro texto, nuevo o reeditado, que contribuya a “abrir una brecha dentro de la solidez [oscura] de la lesbofobia venezolana”[2], es un reclamo, una exigencia o un ruego, según la perspectiva de quien lea esta reseña. La creación artística debe fluir para mostrar otras posibles rutas sobre rutas que hay en el camino.

 

Para aquellos a quienes les interesa saber y conocer más la obra de Manón Kübler les exhorto a visitar, revisar y comentar sus blogs: https://manonmona.wordpress.com/ y https://mkfeditores.blogspot.com/, hay mucho que leer y explorar. Nos leemos pronto.

 

Anteros Serrano

Caracas, julio de 2013



[1] https://fuegocotidiano.blogspot.com/2010/03/el-lesbianismo-en-venezuela-es-asunto.html

[2]  https://fuegocotidiano.blogspot.com/2010/03/el-lesbianismo-en-venezuela-es-asunto.html